El División de Honor remó y se mantuvo junto hasta el minuto 80. 

Comenzaba el Badajoz la segunda vuelta con el objetivo de sumar desde ya para salir de los puestos complicados de la tabla. El Cerro del espino y el Atlético de Madrid quizá no eran los mejores rivales para comenzar a sumar pero los pacenses lo tenían que dar todo durante los 90 minutos.

Comenzó el partido y con él llegó la primera intervención de Narváez para enviar el balón a córner. El Atlético de Madrid quería ser el protagonista y por ello controló la posesión y los tiempos de juego. Los pacenses muy ordenados atrás buscaban salidas por la banda de Rafa y Sergio para contragolpear y hacer daño en la portería de Saldaña. Pese a estar sólidos en defensa, los de Germán Rojas sufrían, ya que Mario hacía mucho daño a los blanquinegros con sus movimientos entre líneas. Con este juego, los locales fueron superiores en los últimos compases de la primera mitad haciendo intervenir a Narváez en dos ocasiones y a Konate en una tercera para evitar el primer gol atlético.

En la segunda mitad, Germán Rojas pidió más presencia en ataque y el equipo poco a poco fue dejándose ver por el área rival. El balón seguía siendo local pero las salidas del Badajoz se repetían y en el minuto 62, Kore se sacó un zapatazo desde la frontal que apunto estuvo de sorprender al meta colchonero. Ante está situación, los locales adelantaron filas para aumentar la presión y generar más ocasiones de gol. Al desparpajo de Mario se le unió la profundidad de Rojas y por ahí vinieron las principales ocasiones de peligro del Atlético de Madrid. A falta de quince minutos, Mario entraba por Kore y un minuto después tendría una de las ocasiones más claras para los visitantes. Y claro, cuando perdonas lo acabas pagando. En el 80′ de partido, en un centro al área despejado por la zaga blanquinegra, Mario aprovechó el rechace para poner el balón en la red y hacer el primero para los colchoneros. Al ponerse por debajo, los pacenses echaron el resto para buscar el empate pero no era el día y el marcador no se movió hasta el pitido final.