Un gol al cuarto de hora de partido deja sin puntos a los blanquinegros que lo intentaron durante todo el encuentro.

Último viaje del año a Madrid para el Juvenil, aún quedan otros dos en la segunda vuelta de fase, en partido adelantado por disputarse esta jornada ya metido en fiestas navideñas.

Rival y lugar nada fácil por el nombre, Rayo Vallecano. Equipo histórico en la categoría y campeón del doblete – Liga y Copa del Rey – no hace muchos años, pero que no está pasando por su mejor momento esta campaña. Cero victorias en su casillero y cuatro puntos, por sendos empates, era su bagaje hasta el inicio del encuentro.

Los de Germán Rojas, sabedores de las circunstancias de los vallecanos y queriendo cerrar el año como lo comenzaron, salieron convencidos de que podían hacerles daño.

El control era blanquinegro. La posesión y el empuje era una constante en el juego del Juvenil, que sin embargo no conseguía crear peligro dentro del área vallecana. Los locales por su parte, montaban rápidas contras beneficiándose de los despejes desde su línea de centrales.

El Juvenil presionaba arriba marcando bien a Cano, delantero isla de los de la franja roja. Sin embargo, una de las pocas que ganó por arriba el delantero vallecano sirvió para que Baladía se aprovechase y entrase en el área para batir a Narváez de tiro cruzado. No pudo hacer nada el guardameta blanquinegro para evitarlo que veía, al igual que el resto del equipo, primer acercamiento con peligro acababa con perforar su portería.

Tras el gol continuó la tónica del partido. El Juvenil intentaba crear peligro pero ni Barragán, ni Sergio Reina ni Víctor conseguían encontrar portería. Víctor lo que sí encontró fue una zancadilla dentro del área que el colegiado del encuentro no quiso señalar como pena máxima. Pablo Guerrero también probó fortuna pero su disparo se marchó a pocos centímetros a la derecha de la portería local.

La segunda mitad fue un monólogo pacense. Dominio casi en su totalidad del esférico y metiendo atrás a los vallecanos, pero se atascaron en la creación de ocasiones. Uno de los puntos débiles es la falta de gol y en un partido como este se notaba más aún. Los centros de David Calles y Sergio Gómez por ambas bandas no conseguían encontrar rematador. Samu, Jon y Aníbal salieron para dar más mordiente arriba, pero tampoco consiguieron lograr el empate para un Juvenil que, nuevamente, mereció más de lo que sacó.

Con esta derrota los blanquinegros acaban en puestos de jugar fase para evitar el descenso con siete puntos. Los mismos que su rival que los alcanza en la clasificación. Con esa puntuación, y en el mejor de los casos una vez se juegue el resto de jornada y los aplazados que quedan, se quedan a dos de la quinta plaza que da la salvación aunque en el peor de los casos podría colocarse a cinco si el Aravaca vence los dos pendientes que tienen aún.